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BIBLIOGRAFÍA:  el concepto.

 

 

Empezar por el significado de una palabra o concepto es tal vez lo más conveniente si es que deseamos conocer las raíces etimológicas  y un sentido más completo y original de la misma. Así, para empezar por definir a la Bibliografía,  creo que es conveniente  recurrir a las diferentes versiones que encontré de la misma: en un material inédito del profesor Figueroa[1] se cita que la palabra bibliografía deriva del griego biblion  (biblion) y  grafein (grafein), libro y escribir respectivamente, y así se les denominaba a los antiguos copistas griegos; esta misma definición se puede encontrar en  Harmon[2]. En el libro de Pensato[3] me encontré  con una versión distinta pues explica que los antiguos griegos no utilizaban estos dos radicales (biblion y grafein) juntos, y que por lo tanto no es del todo correcto decir que esta palabra se deriva del griego. Así, por lo menos en este caso, el recurrir a los orígenes etimológicos de la palabra no nos brinda un definición concreta. Lo cierto es que estoy completamente de acuerdo con la frase de Greg[4]: “la bibliografía está afligida por su nombre”. La ambigüedad que  se suscita a partir de esta palabra se puede atribuir a  diferentes aspectos, uno de ellos es el abuso de la misma y el consecuente desgaste  que le  ha restado méritos y se le ha llegado a confundir con un “simple listado de obras” de un determinado tema o autor, cuando lo cierto es que el campo de acción de la bibliografía gira dentro del universo del libro y de todo lo que se deriva de él, tanto en sus aspectos físicos como los intelectuales.

Teniendo en mente estas dificultades, podemos avanzar un poco dentro de estas vicisitudes y ver que  la Bibliografía se dedica al estudio del libro, en los dos aspectos antes mencionados, y especificar las diversas ramas que se desprenden a partir de ésta:

 

 

                                               BIBLIOGRAFÍA

 

 


         Bibliografía Analítica                                                 Bibliografía Enumerativa

 

        Bibliografía histórica                                                       Bibliografía de autor

        Bibliografía descriptiva                                              Catálogos bibliográficos

        Bibliografía textual                                              Bibliografía de bibliografías

                                                                                                Bibliografía selectiva

                                                                                                 Bibliografía nacional

                                                                                               Bibliografía temática

                                                                           Bibliografía del comercio editorial

                                                                                                   Guías de literatura

 

 

Dentro de la bibliografía analítica podemos encontrar que ésta se dedica a los aspectos físicos de las entidades bibliográficas (ya sean libros, revistas, discos, pinturas, etc.) haciendo una descripción o estudio detallado de algunos de sus aspectos, por ejemplo la bibliografía histórica se abocará al origen del libro y a los aspectos evolutivos con relación a este, como los medios de producción, el marco histórico dentro del cual se realizó X obra, etc. La bibliografía descriptiva se dedica a conocer como se compusieron los caracteres tipográficos de las obras, el material con que se elaboraron las mismas, las técnicas de impresión aplicadas y asimismo comparar las  ediciones de un mismo título en busca de erratas o cualquier otra alteración del libro. Por último la bibliografía textual se dedica a buscar alteraciones que pudieran ocurrir en el momento de estar produciendo la obra, me refiero al momento de se están haciendo los arreglos en la impresión; esto con la finalidad de conseguir una versión que se apegue con exactitud a la obra tal y como la concibió el creador intelectual.

 

Lo que se conoce como Bibliografía enumerativa es la parte más conocida de la Bibliografía, en ella recaen los trabajos de bibliografía que más comúnmente se conocen, es decir, una obra que reúne, de manera ordenada y lógica, información impresa acerca de un mismo autor, tema u otra forma de arreglo. Como  se señala en el cuadro anterior, los tipos de bibliografías pueden ser bastantes: las de autor recogen y ordenan todo aquel material que creó  X persona; la temática reúne todas aquellas obras que tratan un mismo tema; la nacional reúne el todo material  que se publica en un país, también lo que se publica en el extranjero acerca de ese mismo país y lo que escritores de ese mismo país publiquen en el extranjero; la del comercio editorial es más que nada un catálogo sobre las obras que publico en determinado tiempo X casa editorial; la bibliografía de bibliografías es una obra que enlista bibliografías con la finalidad de “englobar” todo el material que sobre un determinado tema y facilitar la búsqueda a los investigadores; la bibliografía selectiva, como su nombre lo dice, es una selección del mejor material, del más prestigiado sobre un asunto.

En esta área de la Bibliografía se encuentran también los catálogos bibliográficos, esto es, los catálogos que se utilizan en todas las bibliotecas y que son los accesos a los materiales que se encuentran en la misma.

 

Cabe señalar que para realizar una bibliografía de las anteriormente señaladas es necesario un trabajo bastante riguroso, exhaustivo y, sobre todo, metodológico. Se debe tener presente que cuando se tiene entre las manos una bibliografía (obviamente una de calidad), por ejemplo, de Xavier Villaurrutia, se tiene un trabajo que cumple con un ordenamiento lógico y sistemático, que es completamente confiable en cuanto a la información que proporciona, que está elabora pensando en ayudar a toda aquella persona que se interesa en éste autor y, por lo tanto, debe de tener un formato ágil y de fácil uso.

 

Ya que tenemos un panorama un poco más amplio de lo que es la bibliografía podemos encontrar diferentes vías o rutas de estudio dentro de ésta y encontrarse con un tema bastante apasionante, que podría rayar en lo patológico.  Un muy buen ejemplo de una persona (mejor dicho, un personaje) completamente apasionada por los libros, rayando en los límites patológicos de la Bibliofilia, es el bibliotecario de la novela de Humberto Eco, El nombre de la rosa, basta recordar todo lo ocasionó con el simple propósito de no dar a conocer un libro de Aristóteles en el cual se tocaba el tema de la risa, y que, dado el marco histórico de la novela y la idiosincrasia del personaje, resultaba un especie de tabú. Otro caso bastante ilustrador es el del coleccionista de la película de Peter Greenaway, El libro de cabecera el cual, con deseo de poseer a una persona y a la caligrafía  y texto de una artista, llega al extremo de desollar un cuerpo humano y encuadernarlo como libro.  

Para abundar un poco sobre esto (dejando aun lado lo patológico) me quiero referir ahora al bibliógrafo, a la persona que encarna y desempeña las labores de la Bibliografía. Al ser ésta una disciplina de un área del conocimiento, el bibliógrafo es una persona (de preferencia) con estudios de universitarios, que tenga “una completa comprensión de reglas para la descripción bibliográfica y familiaridad con distintos tipos de estilos bibliográficos; una comprensión de las necesidades de los usuarios; un conocimiento del mundo editorial (su especialización, normas, fuerza y debilidad) y de las colecciones y delas herramientas disponibles en las bibliotecas; y un esfuerzo constante de estar bien informado y de estar actualizado respecto a los últimos avances en el campo de la bibliografía, incluyendo herramientas bibliográficas y técnicas de compilación bibliográfica.”[5]

Estas cualidades que debe reunir un bibliógrafo concuerdan en muchos aspectos con el perfil profesional de un bibliotecólogo, puesto que ambos deben de poseer habilidades y conocimientos que les permitan, a ellos y a otras personas, recuperar información de forma rápida, eficaz, que sea fidedigna, así como conocer los diferentes aspectos del libro dentro del mercado editorial y las características especiales que hacen de éste un ejemplar de sumo valor, tal y como dice Aboyade: “el bibliotecario ha de poseer suficientes conocimientos bibliográficos para poder evaluar con un criterio propio lo que lee en las bibliografías y los artículos bibliográficos”[6], de esta forma se pueden combinar cualidades del bibliógrafo a las del bibliotecólogo y viceversa.

 

 

En los ejemplos de extremos de la bibliofilia que comenté anteriormente se puede ver claramente (al menos yo así lo percibo) que hay un limite muy pequeño entre el comportamiento de un bibliógrafo “normal” y uno que se ha apasionado de tal manera que podríamos llamarlo “anormal” (aunque los parámetros de lo llamamos normal o anormal son muy variables, a veces se confunden, por eso lo entrecomillo).  Ejemplos ¿no es cierto que un bibliógrafo dedica gran parte de su tiempo y esfuerzo en encontrar pequeños detalles, a veces casi insignificantes, dentro de las ediciones de Piedra de sol,  de O. Paz, que difieren entre sí, para encontrarse con el “sorprendente” descubrimiento de que el endecasílabo del verso 452 tiene una errata? o ¿si un bibliógrafo lleva una investigación sumamente exhaustiva, en tiempo, dinero y hasta salud, realizando una Bibliografía Temática sobre “La Generación de los Contemporáneos” sólo para darse cuenta que, al cabo de los años, su obra ha sido consultadas por un par de personas? o ¿un bibliógrafo que pasa gran parte de su vida buscando y coleccionando todas las ediciones príncipe de las obras de  Shakespeare, despilfarrando dinero y descuidando aspectos personales? o ¿aquel empedernido y esperanzado bibliógrafo que cree algún día encontrar el Necronomicón de Abdul Alhazred?, ¿son personas “normales” o “anormales”? Desde mi punto de vista estos ejemplos muestran que las líneas de lo “normal” y “anormal”, en este campo, se entrelazan y juegan papeles en campos opuestos, y generan, a veces, resultados que no estaban dentro de lo esperado; pero todo esto le da a la Bibliografía un tono muy especial, pues no puede asegurarse que el bibliógrafo sea una persona “normal”.

 



[1] FIGUEROA ALCANTARA, Hugo Alberto. La bibliografía. 2002 (Material inédito)

[2] HARMON, Robert B. Elements of bibliography. Metuchen, New Jersey : Scarecrow, 1989. p 2

[3] PENSATO, Rino. Curso de bibliografía.. Gijón, España : Trea, 1997 p. 15

[4] Ibidem p.15

[5] HARMON, Op. Cit. p. 28

[6] ABOYADE, Bimpe. “El bibliotecario como bibliógrafo”. Boletín de la UNESCO para las bibliotecas. Vol. 25, no. 6 (nov.-dic. 1976). P. 415